El pasado 1 de enero entró en vigor, en la Unión Europea, la nueva política pesquera común (Reglamento UE n.º 1380/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo de 11 de diciembre del 2013), que prohíbe devolver al mar, en la mayoría de los casos muertas o mal heridas, todas las capturas no deseadas, o descartes. Estos desperdicios marinos, entre los que se encuentran todos aquellos ejemplares para los que no se dispone de cuota, los de talla menor a la legal o las que carecen de interés comercial, a los que hay que añadir ciertas especies de aves, tortugas y mamíferos, podían suponer, según un estudio del WWF, un 40 % del total de la pesca. La medida tendría unos efectos sobre el sostenimiento de las reservas pesqueras devastadores.

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